domingo, 6 de abril de 2014

Jaras y Crisantemos



¿Desde hace cuántos años
están las piedras calladas?


¿Hace cuánto que la puerta
tiene la aldaba trancada?
¿Cuánto hace que el camino
ya ni es camino ni es nada?


¿Desde hace cuántos años
están las piedras calladas?


¿Hace cuánto que la casa
duerme sin verse encalada?
¿Cuánto hace que la verja
muere sin verse pintada?
¿Hace cuánto que mi jaca
no pace en las eras bajas?
¿Cuánto hace que un relincho
no le bate la quijada?
¿Hace cuánto que no fluye
por la acequia el agua clara?
¿Cuánto hace que está seco
el cauce de la barrranca?


¿Desde hace cuántos años
están las piedras calladas?




¿Hace cuánto que dormida
sientes helada el alma?
¿Cuánto hace que dejaste
de asomarte a la ventana?


¿Hace cuánto que me esperas?
¿Cuánto hace que me llamas?


¿Hace cuánto que te mientes
y piensas en el mañana?
¿Cuánto hace que te acuestas
reventada de cansada?
¿Hace cuánto abandonaste
tu ilusión de las mañanas?
¿Cuánto hace que el espliego
no entra a perfumar la casa?


¿Hace cuánto que me esperas?
¿Cuánto hace que me llamas?


¿Hace cuánto, vida mía,
que no te subes las faldas?
¿Cuánto hace que el buen sol
no te ilumina la cara?
¿Hace cuánto, dulce aliento,
no te pones colorada?
¿Cuánto hace que la risa
no te embadurna la cara?


¿Desde hace cuántos años
están las piedras calladas?


¿Hace cuánto se quemaron
los pinares y las casas?
¿Cuántos fuegos abrazaron
estas piedras tan quemadas?


¿Hace cuánto que me esperas?
¿Cuánto hace que me llamas?

¿Hace cuánto te plantaron
en esta tierra de grana?
¿Cuánto hace que la noche
voló a borrar tus pisadas?


¿Hace cuánto que me esperas?
¿Cuánto hace que me llamas?


¡Hace cuánto apetecía
de mi cara a ti encarada!
¡Cuánto tiempo estuve fuera
esperando mi llegada!


¿Desde hace cuántos años
están las piedras calladas?


Si pudiera cambiaría
los crisantemos por jaras.




martes, 4 de marzo de 2014

Choque de trenes en Crimea...


Desde aquí oigo el tozudo silbato de ambos trenes. Ciertamente, se avecina un gran cataclismo en el Sur de Taúrida.





Por aquellos lares, hombres y mujeres están hechos a fuego, al hambre y al frío. Son tercos y orgullosos de la tierra que pisan. Valoran lo que entienden que es su dignidad muy por encima de su dura y sacrificada existencia. Lo llevan en la casta y en el tuétano de sus huesos. Apenas pueden elegir… Los conflictos en Taúrida acaban empapados en sangre…




Crimea ha sido cruento campo de batalla durante los pasados siglos, y en este conflicto el viento me trae un fuerte tufo a siglo XX… La UE está desorientada y sumida en una crisis financiera a la que trata de poner remedio sin impedir que vuelva a repetirse en cuanto los mercados así lo decidan. Permanece ojiplática ante el ascenso de la extrema derecha en Escandinavia, Austria, Suiza, Francia e Italia, y paralizada ante el desarrollo del neonazismo en Grecia. Todos sabemos ya que no va a saber reaccionar ante el enconamiento de rusos y ucranianos en no ceder ni en quién tendría que hacerlo antes…
Una amenaza de sangre se cierne a las puertas de Europa, sobre la tierra de mis ancestros... como se cernió sobre Mostar, Dubrovnic, Tuzla y Sarajevo en los estertores del siglo pasado. Pronto Sebastopol, Yalta o Balaklava, volverán a los titulares de los periódicos, como en siglos pasados.



Cimerios, tauris, milenios, godos, hunos, alanos, genoveses, bizantinos, tártaros, turcos, rusos, otomanos, piamonteses, británicos, franceses, rusos blancos, alemanes, soviéticos, y ucranianos se han disputado las piedras de esta península y muchos han dejado sus huesos en ella.



En el estadio Zenit de Kiev, hoy llamado estadio Start, un monumento recuerda la gesta de algunos jugadores del Dínamo, el 6 de Agosto de 1942. Formaron parte del equipo Football Club Start en plena ocupación de la Wehrmacht . Debían enfrentarse al Flakelf, el equipo de la Fuerza Aérea Alemana.



Hambrientos y ateridos de frío, comenzaron el partido resignados a perder, pero en cada patada a la espinilla que el árbitro de la SS no les pitaba, en cada afrenta, en cada provocación, se iba conformando lo que ya estaba latente en todos ellos, un afán de superación en la dignidad de generaciones que no pudieron evitar que aflorara. El primer tiempo finalizó 2-1 para el equipo de los desheredados de Kiev. Era una afrenta para los representantes del Tercer Reich. Entonces les explicaron claramente que no debían ganar. Si ganaban el partido perderían la vida. Debieron de aceptar pagar el precio, porque aún fueron mejores durante el segundo tiempo. Ya con 5 a 3, los ucranianos seguían maravillando y demostrando su superioridad en el terreno de juego mientras laceraban el orgullo nazi. Estaban venciendo al equipo que no debía perder. Tras el partido ganado creían que estaba todo perdido, pero los alemanes les obligaron a jugar de nuevo diez días después, el 16 de agosto. El Start se enfrentó entonces al Rukh, el equipo de la Gestapo, y el resultado fue 8-0 para los ucranianos. Tras el partido, fueron detenidos, torturados y enviados al campo de trabajo de Sirets, donde Klymenko, el portero Trusevich e Ivan Kuzmenko fueron ejecutados en febrero de 1943. La leyenda cuenta que Trusevich murió con el buzo de arquero puesto... La película "Evasión o Victoria" está basada en aquella gesta:
El Partido de la Muerte


En plena ocupación alemana, cometieron la locura de derrotar a la selección de Hitler en el estadio local. Les habían advertido: Si ganáis morís. En la muerte proclamaron su coraje. Orgullo y honor, que no encuentra parangón en la historia reciente.


Pues cuando Stalin invadió Taúrida, aún acusó a los tártaros de ser colaboracionistas y los expulsó de sus tierras y los diseminó por estepas y malpaises… Y así está ahora aquella tierra, con una peligrosa mezcla entre los expulsados que han querido regresar y los colonos que la hacen suya… Y así está hecho aquel pueblo. A látigo y a cuchillo… A destierro, a humillación y a terco orgullo de pueblo desheredado.


Dios quiera que alguien ayude a hacer frenar a esos dos trenes a toda máquina que se ciernen peligrosamente sobre Crimea.

Dios quiera que no lamentemos el cataclismo anunciado a bombo y platillo.